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El consistorio recupera el Museo del Arroz
11 julio, 2018

Patrimonio Histórico asume la gestión de la entidad mientras se cierra la nueva adjudicación con nuevas condiciones

J.P. Levante EMV | València

Desde el pasado 1 de julio el Museo del Arroz, situado en la calle del Rosario, en el Cabanyal-Canyamelar, es gestionado directamente por el Ayuntamiento de València.

El contrato con la empresa que lo gestionaba ha terminado y el consistorio ha decidido hacerse cargo del mismo mientras se hace el nuevo concurso, que incluye más dinero, nuevas actividades y el objetivo de recuperar visitas. En la actualidad apenas tiene 30 al día.

Según ha podido saber Levante-EMV, el Museo del Arroz ha pertenecido siempre a Cultura Festiva y su gestión corría a cargo de una empresa concesionaria, concretamente Exduquere, S. L. De su montaje y su distribución museográfica se había encargado la Universidad Politécnica, que también restauró las piezas del museo.

Su popularidad, sin embargo, no era muy alta y con el nuevo gobierno municipal la entidad pasó a depender de Patrimonio Histórico, que es la concejalía que gestiona los museos municipales. Y cuando ha terminado el contrato con la empresa concesionaria actual se ha decidido hacer una nueva licitación, con unas nuevas condiciones, y entre tanto asumir directamente la gestión del museo, que tiene cuatro trabajadores, dos por turno.

Para el nuevo contrato se han dispuesto más de 400.000 euros repartidos en cuatro años y la adjudicataria, según ha aprobado la Junta de Gobierno Local, ha sido finalmente la empresa CRDO Arroz de València, quedando en segundo puesto la propia Exduquere.

La idea es recuperar visitas y actividad. En el año 2015 tuvo un total de 11.645 visitantes y en el año 2016 bajó a 9.323, lo que arroja una media diaria de apenas 30 personas.

Cambio de concepto

Ahora, con el nuevo contrato, se pretende incrementar la actividad cambiando el concepto y la forma de gestión, que de aquí para atrás ha tenido un fuerte componente didáctico y que en el futuro debería tener una inclinación más museográfica, dijeron las fuentes.

Juega en contra la ubicación del edificio, que no está cerca de nada y, desde luego, no está en el paso de turistas. Pero se trata de mantenerlo abierto, pues en algún momento se ha barajado desde el ayuntamiento la posibilidad de cerrarlo y ahora se está haciendo un «gran esfuerzo económico para salvarlo».